“Yo moriré poeta”, nos dijiste
hace sólo unos días. Sutilmente
anunciaste tu adiós, graciosamente,
por ser esa la forma que elegiste.
En tu vida de vate tu esculpiste
y visitaste auroras en tu mente,
reserva siempre viva que, conciente,
amalgamaba verbos. Y supiste
en ellos encontrarnos y encontrarte.
Por eso tus amigos y tu arte,
seguirán los senderos de lo eterno
junto a la paz de aquel, tu Almafuerte,
que seguro rióse ante tu muerte
y planeó compartir el nuevo invierno.
Del libro “Viejos Sabores para no claudicar”
Laura Beatriz Chiesa
labechiesa@yahoo.com.ar
martes, 3 de noviembre de 2009
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