martes, 3 de noviembre de 2009

A MI AMIGO MASTAY

“Yo moriré poeta”, nos dijiste
hace sólo unos días. Sutilmente
anunciaste tu adiós, graciosamente,
por ser esa la forma que elegiste.

En tu vida de vate tu esculpiste
y visitaste auroras en tu mente,
reserva siempre viva que, conciente,
amalgamaba verbos. Y supiste

en ellos encontrarnos y encontrarte.
Por eso tus amigos y tu arte,
seguirán los senderos de lo eterno

junto a la paz de aquel, tu Almafuerte,
que seguro rióse ante tu muerte
y planeó compartir el nuevo invierno.

Del libro “Viejos Sabores para no claudicar”

Laura Beatriz Chiesa
labechiesa@yahoo.com.ar